Con la llegada del verano cambiamos nuestros hábitos alimenticios. El calor nos hace cambiar nuestra dieta y adaptarnos a productos más frescos típicos de la temporada. En este cambio, a veces, prescindimos de ciertos alimentos que son indispensables en nuestra alimentación y constituyen la base de una dieta saludable y equilibrada. El pan, por ejemplo, es un elemento que tiende a restringirse en estos meses. Muestra de ello fueron los datos consumo presentados por ASEMAC hace unos meses, que destacaban la bajada de consumo en 2017 en un 2,5%. Nosotros lo tenemos claro, el verano también es momento para disfrutar del pan y te damos ideas para que puedas hacerlo.
Sin embargo, el pan tiene un contenido graso muy bajo (entre 1 y 3 gramos por 100 gramos, dependiendo del tipo de pan). Las kilocalorías son casi iguales entre el pan blanco y el pan integral. Respecto a la fibra, las guías alimentarias aconsejan que la ingesta diaria esté entre 25 y 30 gramos, ya que 100 gramos de pan blanco e integral aportan 3,5 y 7,5 gramos de fibra respectivamente. Es por tanto, un alimento muy adecuado para nuestra dieta también en verano. Y nos ayuda a alcanzar, según los expertos, las 4 y 6 raciones diarias de hidratos de carbono complejos que nuestro cuerpo necesita para su funcionamiento diario.
¿Hay alguna receta entonces para mantener el pan en nuestra dieta sin que se nos haga bola? Quizás el truco está como siempre, en el cómo introducir el pan en nuestra dieta veraniega. Hay platos veraniegos cuya base es el pan y que son riquísimos y fresquísimos. El salmorejo, el ajo blanco, el gazpacho son platos de verano, pero que siempre llevan pan en mayor o menor medida. El verano también nos invita a desayunos más tranquilos y es una oportunidad para buscar una buena panadería y rescatar el gusto de una buena tostada para empezar el día. Y para terminar: ¿Qué os parecen unas buenas tostas fresquitas? No hay nada como soñar una ensalada veraniega: con tomate, aguacate, anchoas, o lo que queráis y ponerle una base de pan. Lo más importante como siempre, es que el pan sea de primera. Así que aprovechad las vacaciones para recuperar sabor y calidad del pan.
Ya tenéis algunas ideas para mantener nuestra salud y bienestar y equilibrar nuestra dieta en verano. Conseguimos proteínas de origen vegetal, así como vitaminas hidrosolubles del grupo B y minerales como el fósforo, el magnesio y el potasio, además de hierro, calcio, yodo y zinc. Y todo esto, a partir de una de las formulas alimenticias más sencillas que se conocen: harina de trigo, agua, levadura y sal. ¿A qué esperas para probarlo? Lo importante es disfrutar del pan en todas sus magnitudes.
Fuente: Pan cada día