La panadería El Patrón de Vélez Blanco mantiene en uso un horno moruno del siglo XVI, excavado en la roca y construido en época árabe. Es la única panadería artesana que queda en la localidad.
Su actual propietario, Pedro Julián Recover, nos informa que tiene cédulas del año 1521 (s.XVI) que manifestaban el origen y el fin del horno en aquellas fechas, suministrar pan al castillo de Vélez Blanco y a su población que tras la llamada reconquista estaba dentro de las posesiones que le fueron otorgadas por méritos de conquista al Marqués de los Vélez.
El marqués tomó posesión del horno para facilitar suministro de pan al castillo situado en la misma localidad, una antigua e importante alcazaba, la de Balis Abyad, que se levanta casi en el centro de la población, dominando el valle y toda la villa con motivo de la orografía montañosa del lugar. Probablemente este horno de grandes proporciones, al igual que sucede en Alfacar, en la hermana provincia de Granada, tienen su origen en la cultura andalusí de tan fuerte influencia en la zona.
Este importante horno cuya estructura está perforada en la pared, se alimenta de leña como era habitual en su época, tiene 5 metros de diámetro con una altura de 1,98 metros en su parte central, con una bóveda perforada en la roca, y con una gran boca de 80 cm. con cierre de hierro y cristal para el acceso y llenado..
La idea principal de Pedro Julián Recover es ofrecer a sus clientes un buen pan conservando la esencia de un pan artesano. El secreto del buen pan no solo está en el horno, sino en las materias primas y reconoce que las harinas actuales no son como las de antaño. Hay que saber trabajar la harina, la masa madre, el agua y los indispensables reposos de la masa, lo mismo en bloque que en formación, para que fermente adecuadamente, pues son los ingredientes inmateriales los que aportan valor añadido al resultado final, para que el pan salga a pedir de boca.