Las ventas del roscón de Reyes crecen incorporando nuevos sabores. La Federación Andaluza de Pastelería (FAEP), ha confirmado un aumento de las ventas entre el 4 y el cinco por ciento en el roscón de Reyes, a pesar de la “competencia desleal” de las grandes superficies para este colectivo[1].
El roscón es un producto en crecimiento y una fuente de ingresos importantes. En algunos casos, llega casi al cuarenta por ciento de las ventas del año, lo que obliga a un fuerte incremento del volumen de mano de obra y los efectivos.
En los últimos tiempos, se ha incorporado la tradición en países donde no es habitual su consumo fomentada por la abundante presencia de españoles que han traslado su residencia a otros países. El roscón o rosca en América Latina es uno de las elaboraciones pasteleras que cuentan con el fervor de todas la comunidades y territorios.
Es un producto que se ha convertido en los últimos años en una de las compras imprescindibles de las que se desarrollan en torno a las fiestas navideñas. En ese sentido, la variedad de tipos, calidades, tamaño e incluso formas van en aumento. Las nuevas tendencias del mercado apuntan hacia la importancia que tiene para los consumidores, la calidad y la innovación. En este sentido, se observa un crecimiento en la variedad de los rellenos, incluso a los que se han incorporado sabores salados. Junto a los rellenos habituales de nata o crema, en las pastelerías se pueden encontrar rellenos de mazapán, leche merengada, uvas pasas, cabello de ángel, caramelo, turrón, chocolate, fresa, e incluso pisto. En las formas se han incorporados formas y decoraciones especiales para la infancia y tampoco han faltado roscones solidarios. Desde luego, un producto estrella que se adapta a los gustos actuales con la base de la tradición artesana.
[1] Fuentes de Europa Press
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