En la panadería Artuso Pastry shop, situada en el sector italiano del Bronx en Nueva York, han creado uno de los productos que más ventas les están generando “Las galletas del Papa“. La idea surgió de cabeza de Natalia Corridori, en 2008 y en honor a Benedicto XVI por su visita a la ciudad estadounidense, siguiendo el trabajo que ya habían hecho con jugadores de los Yankees como Derek Jeter y Alex Rodríguez. Enorme debe ser la alegría de la joven que emigró de Buenos Aires en 1982 de repetir las galletas con la cara de su famoso y querido compatriota, Jorge Mario Bergoglio.
Con la elección del nuevo Papa Francisco I en 2013, la venta de las galletas no ha parado de aumentar. Natalia calcula que galletas con las caras de los dos papas se han hecho entre quince mil y veinte mil, pero para este mes de septiembre cree que confeccionarán hasta diez mil. “La gente no para de ordenar. Comentan y vienen desconocidos a buscarla. También piden de las iglesias, de las organizaciones comunitarias y vecinos del barrio” expone la trabajadora.
La receta del éxito
Sergio Hernández, el jefe de los panaderos lleva 17 años en en el negocio. Describe que la galleta es la tradicional de vainilla, que en vez cubrirse de negro y blanco como la tradicional Black&White neoyorquina, solo se le pone la cubierta blanca en un lado con el método del glaseado y encima una capa de malvaviscos (marshmallow) que se absorbe. La capa final se consigue con una impresora especial de colores comestibles que se imprimen sobre una hoja también comestible. Luego la imagen se separa de la hoja y se pega encima de la capa blanca de la galleta que la absorbe, casi milagrosamente.
“Me gusta este Papa porque es más humilde, no le gustan los lujos, prefiere los coches normales, vive con los demás cardenales en el Vaticano”, opina Hernández. También le atrae que le gusta el fútbol como a cualquier latinoamericano. “Son las mismas pasiones de los seres humanos”.
La vendedora mexicana Susana Torres trabaja desde los quince años en la panadería Artuso, aunque dejó el trabajo tres años mientras tuvo a sus dos hijos. Es católica y asiste a misa. “Me gusta que el Papa Francisco sea más abierto en sus ideas. Habla de temas cercanos a la gente como la sexualidad, el perdón y la compasión. El anterior no hablaba de esas cosas”.
Torres cuenta que hay muchos hispanos que pasan de largo y no saben de las galletas, pero que sabiéndolo las comprarían. También se venden mucho a gente que viene de otros estados o a los católicos del área, incluidos los abuelos italianos que todavía se ven en este vecindario. El Papa realizará una gira por Estados Unidos del 22 al 27 de septiembre y estará en Nueva York el 24 y 25. Seguro que sería un bonito encuentro si el Papa Francisco I fuera a comer una de sus exquisitas galletas que tanto éxito están despertando en el barrio.
Está claro que la idea es buena y es replicable en otras partes del mundo, lo que no sabemos es si habrá muchos faltos de fé que no estén dispuestos a que ocurra el milagro en su establecimiento.
Fuente: EldiarioNY
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