Hay proyectos que cobran sentido nada más empezar, sobre todo cuando el objetivo es buscar los productos de mayor calidad de una zona y presentarlos al público general para que puedan disfrutarlo. Con este objetivo nació “La ruta del buen pan” en la ciudad de Barcelona, para reconocer el trabajo de los maestros panaderos artesanos que día tras día elaboran el pan manteniendo la tradición, la calidad y la innovación.
Para ello, durante 8 meses se recorrieron más de 200 obradores de panadería, realizando 34 catas a ciegas por profesionales del sector del pan y con 9 criterios de evaluación (la corteza, la suela, la miga, el olor, el sabor, el color, el peso, el gusto y la presentación). El resultado ha sido un total de 28 hornos artesanos que han cumplido con los requisitos para formar parte de la ruta.
La guía completa de establecimientos está disponible en la web del proyecto “La ruta del bon pa”(en catalán). Además del listado, está disponible una localización por mapa, para que cualquiera pueda ver que panadería artesana le queda más cerca.
Este tipo de proyectos es muy interesante para reforzar el trabajo de los maestros panaderos artesanos y podría ser replicado en otras ciudades o regiones. Otra iniciativa similar es la norma de calidad elaborada por Agrapan durante este pasado mes de junio.
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