De las tortas de manteca a las tortas de miel

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Artesanos Corpas posan con el candil de oro

De las típicas tortas de manteca a las nuevas tortas de miel es el proceso que siguieron Artesanos Corpas de Marchena para ganar mayor aceptación del público a un dulce tradicional de la región. Y es que cuando un producto no se sigue vendiendo como siempre, quizás ha llegado el momento de repensarlo un poco y ver que lo puede hacer más atractivo.

En esta pastelería cogieron sus típicas tortas de manteca, producto típico marchenero, menos dulce y que no estaban consiguiendo vender tan bien en otras localidades de la región, y lo rediseñaron. El secreto  estuvo en aligerar el hojaldre y darle un toque más dulce que agradara a los paladares más golosos. Y lo consiguieron, la aceptación ha sido buenísima tanto entre el público de toda la vida como entre los más entendidos del sector.

Esto incluso les ha llevado a recibir alguna mención en la región. Uno de los premios que obtuvieron el pasado año, así lo demuestra, la Revista y agenda cultural Atalaya les entregó el Candil de Oro en la sección de gastronomía, en una gala que tuvo lugar en el castillo de Morón de la Frontera. Uno de los objetivos principales de estos premios es el de promover un lugar de “encuentro” entre diferentes ramas de la cultura de la comarca y reconocer de forma clara el trabajo artesano hecho a mano. Un reconocimiento que para cualquier profesional del sector es siempre de agradecer, ya que es importante para quien trabajo con sus manos que se reconozca el trabajo que realizan día a día y el cariño que ponen en ello.

Los propietarios de este negocio familiar, que se remonta a dos generaciones, lo tienen claro, su valor añadido está en su valor artesanal. Sus pasteles son hechos a mano y no hay ninguno igual que el otro. Miguel Rueda, uno de sus propietarios se enorgullece de poder decirlo.

Los productos naturales, frescos, sin aditivos ni conservantes ni químicosson otra de las premisas que hay en el obrador y sistema de trabajo de esta empresa familiar, tal y como afirma orgulloso Antonio Parra “sólo incluimos la pasteurización de los productos porque es obligatorio por ley”.

Este amor por lo artesano lleva desde siempre en el espíritu de la empresa, ya incluso en los inicios, cuando los abuelos de los actuales propietarios comenzaron a vender sus productos en Marchena. Producots que horneaban en casas de los vecinos y que vendían de forma callejera, en ferias, en trenes,… Sin duda fue la fama y el sabor de estos dulces lo que les hizo asentarse definitivamente en el local de Pastelería Corpas, que acabaría convirtiéndose en 2004 en la actual “Artesanos Corpas”.

 

Fuente: Abc.es

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